Los deportistas, dependiendo su origen y educación, manejan el éxito de diferentes maneras. En algunos casos cuando llegan al éxito, que conlleva una remuneración económica descomunal, los deportistas se vuelven locos destruyendo sus carreras y así mismo. Estos proyectan el valor del dinero, no de la persona. Maradona es un gran ejemplo de la degradación de un héroe, ahora lo vemos gordo y borracho, perdido en sus años de gloria.
En otros casos, los deportistas utilizan parte de sus ingresos y su influencia para mejorar o promover valores de ayuda como es el caso de Ronaldinho, que apoya un programa de alimentación de la UNICEF.
La vida de los deportistas es corta, cada año que pasa llega un joven con más fuerza y obviamente más juventud. Algunos deportistas saben administrar las ganancias de sus buenos años, pero en muchos casos, como la mayoría de los boxeadores, terminan igual o peor de como empezaron. Otro camino después de la vida deportiva es el volverse entrenador como es le caso de Frank Rijkaard, que después de ser un gran jugador del Milán y la selección alemana, se convirtió en el actual entrenador del Club de fútbol Barcelona.
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